En mi opinión, hay dos factores claves para comprender el por qué del poco éxito de la música clásica entre la gente de nuestra generación.
En primer lugar, la parte del cerebro que se ocupa del oído y de la música, se ha acostumbrado a hacer el mínimo esfuerzo. Melodías como las del pop o el rock producen un efecto en nuestra cabeza que hace que durante un tiempo las estemos tatareando siempre. Son melodías que nos producen al instante una sensación, ya sea melancolía, euforia...
Un ejemplo de lo sencillas que son estas melodías, es que el 80 por ciento de ellas siguen el mismo patrón armónico: TÓNICA, SUBDOMINANTE Y DOMINANTE. La dominante es la quinta nota de la escala.
La subdominante, la cuarta. La tónica la primera. No siempre van en el mismo orden, pero suelen ser la base de muchas canciones.
Canciones que siguen esta estructura son: La bamba, Twist and Shout, Blowing in the wind, Knocking on heavens' door... entre otras.
El problema es que cuando nos ponemos a escuchar música clásica, lo hacemos esperando las mismas sensaciones, y obtenerlas igual de rápido. Eso rara vez va a suceder. Lo normal es que, como vivimos en la era del entretenimiento, en cuanto veamos que algo nos empieza a aburrir, lo quitamos.
La música clásica es más como una novela, es un proceso más lento.
El segundo factor es que hay una identificación de la música clásica con las esferas altas de la sociedad. No falta razón a las persona que sostiene esto, pues es cierto que a los conciertos y recitales suelen ir hombres y mujeres con un poder adquisitivo importante. Un obrero que trabaja una barbaridad para llegar a fin de mes, quizá no se sienta tan interesado por ello y no le apetezca gastarse su salario en ello.
La consecuencia de esta identificación, es que de alguna manera los jóvenes piensan que su música no es la clásica, sino la popular. La clásica, piensan, es refinada y dirigida a personas mayores que ya tienen la vida resuelta.
Engañaría si no reconociese que Beethoven, Mozart, etc. no eran accesibles para todo el mundo, tocaban en cortes. Sin embargo, ahora con Internet no hay razón para que los jóvenes y mayores que siempre han mirado a la música clásica como algo que no les pertenece, se adentren ene este mundo.
Yo así lo hice hace unos años, recomiendo una canción, el Claro de Luna de Beethoven.
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